FLAVIA:PALERMO SIEMPRE IGUAL,SIEMPRE DISTINTO

Cerca de 13.000 personas coparon desde muy temprano el campo argentino para vibrar con la final; una fiesta para propios y extranjeros.

La tarde ya era calurosa, pero la sensación igual se fue intensificando. Por la época del año, claro. Pero en Palermo había un motivo más: la gran definición del Campeonato Argentino Abierto, presentado por Movistar, que eclipsó las miradas de esas casi 13.000 personas que colmaron el Campo Argentino de Polo. Horas antes del encuentro decisivo entre La Dolfina y Ellerstina, una caravana de autos con patente color blanco, indicativo de que provenían de Uruguay, apareció en escena por Godoy Cruz y Cerviño. Eran muchos los charrúas que viajaron para alentar a su coterráneo David Stirling en su segunda final.

Por la avenida Dorrego el ir y venir era incesante. Desde muy temprano, promotoras repartían revistas y souvenirs. Al paso, varios concurrentes -las promotoras también- aprovechaban las bondades de una parrilla para saborear un sandwich de bondiola. Eso sí, con gaseosa light. Muy cerca, la reventa de entradas aparecía y desaparecía en un abrir y cerrar de ojos. Para acceder a la tribuna Dorrego lateral, cuyo valor oficial era de 90 pesos, había que abonar entre 150 y 200. Mientras que en la Dorrego central (las numeradas valían 210) la suma ascendía a 350 y 300 cuando se inició el primer chukker.

En la antesala del partido más importante y esperado del año, los nervios sobrevolaban de un palenque al otro. Al tiempo que los petiseros ultimaban detalles, los jugadores intentaban blindarse de la euforia reinante en todas partes para buscar un poco de serenidad. Aunque, por cierto, sus rostros no podían ocultar la tensión que se avecinaba. Como siempre, la repetición de rutinas y hábitos no se modificó. El mate, otra de las cábalas, tampoco. En la carpa de los de Cañuelas, la glamorosa María Vázquez dialogaba con cierta impaciencia con Josefina Aldanondo, la esposa de Juan Martín Nero, quien un año atrás miraba el último partido del Abierto en la carpa de enfrente.

La gran fiesta del polo también fue tomando color en el sector ubicado debajo de la zona de plateas. En la gran calle central, los stands estaban colmados de brasileños, ingleses, norteamericanos, entre otros. Había comida y aperitivos para todos los gustos. En uno de ellos, Phillip, de 28 años, comandaba a un grupo de unos diez franceses que estaba de visita por Buenos Aires. En un castellano casi perfecto contó: "Nos dijeron que era un espectáculo que no podíamos dejar de presenciar y aquí estamos. Antes del partido vamos a disfrutar de alguna comida y después a ver, como nos explicaron, el mejor polo". Por su parte, el malayo Shaik Reismann, de 39, dijo: "Vengo todos los años a la Argentina por trabajo. Practico polo desde hace varios años".

Caminando como una más, por allí andaba una distendida FLAVIA PALMIERO, que saludaba a grandes y chicos. Otros que disfrutaron de la jornada fueron el ex capitán de los Pumas Agustín Pichot, el ex tenista Mariano Zabaleta y el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, junto a su esposa Juliana Awada, quienes se retiraron en la mitad del cotejo.

De igual manera, hubo lugar para los más chicos, para los teens, que no iban a pasar inadvertidos. Coquetas y elegantes, las niñas vestían de punta en blanco. Con zapatos con plataforma, como las más grandes, que eligieron vestidos largos en su mayoría o cómodos pero refinados shorts. En cambio, los chicos se permitían decir presente con sus tacos y una bocha entre las manos. Los más pequeños, con sus minitacos, correteaban y utilizaban como arco a una estatua construida con piezas de metal.

Por otro lado, tenores deleitaban a los presentes con clásicos de la ópera y tangos, mientras una gran ronda los animaba a brindar una canción más. Ellos, reconfortados, extendían su repertorio.

Una vez que comenzó el gran choque, los sectores aledaños a las tribunas y plateas fueron quedando vacíos, casi desiertos, salvo por algún impuntual que aceleró su andar hasta conseguir ubicarse. Se iniciaba allí otra final. La de las tribunas con pocas banderas, salvo en el epílogo, cuando una decena de estandartes uruguayos flameó muy cerca del búnker de los de Cañuelas. Momentos en los que el partido estaba definido y las caras largas entre los de Ellerstina no podían esconder el trago amargo. Momento en el que Adolfito Cambiaso entregaba como ofrenda su taco a sus fieles seguidores, que ya lo saludaban con el grito de "Dale campeón, dale campeón".

El gesto de Facundo Pieres Cuando restaban algo más de tres minutos para que concluyera el 8° chukker, el caballo de Facundo Pieres quedó enganchado con el de Juan Martín Nero. En ese instante, el líder de Ellerstina aprovechó la oportunidad para saludar y felicitar por el logro a su ex compañero de equipo.

El mejor polo para el mundo Como bien se sabe, el polo argentino es considerado el mejor del mundo. Por eso, las acciones de Inprotur se profundizan en lugares como Dubai, Emiratos Árabes Unidos, Saint Tropez, Francia, y en la mismísima muralla China para generar acciones de reciprocidad en el exterior.

Polo de atracción. Palermo atrae foráneos y ello es utilizado para mostrar las bondades de la Argentina. Enrique Meyer, ministro de Turismo, dijo: "A lo largo de sus siete fechas, estimamos que casi un 25 por ciento de los concurrentes son extranjeros de un alto poder adquisitivo. Aprovechamos esto para difundir turísticamente a toda la Argentina"..

fuente:lanacion.com.ar

foto:tw/flaviapalmiero

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