FLAVIA PALMIERO:"ALGÚN DIA ME GUSTARIA VOLVER A CASARME"


A los 48,jura que no perdió la capacidad de soñar;habla de su amor con Luis Scalella y fantasea con volver a desfilar frente a un altar.



Instalada desde hace dieciséis años en su casa de Barrio Parque,Flavia Palmiero convive con su hijo Gianmarco, fruto de su anterior matrimonio con el empresario textil Marco Batellini.  Foto: Pilar Bustelo

El paso constante del tren se cuela de tanto en tanto en la conversación. Sin embargo, la anfitriona apenas parece percibirlo.En su casa de Barrio Parque,Flavia Palmiero (48) aprendió a no dejarse distraer por el particular sonido de las ruedas deslizándose sobre rieles de acero. Hiperactiva y simpática, enseguida invita con un café mientras busca su celular para grabar la entrevista, tal como lo viene haciendo con cada nota desde hace quince años. "Por las dudas", explica. Tras pasar una intensa temporada de verano en Córdoba –donde protagonizó junto a Mariano Iúdica la obra teatral Los bañeros se divierten–, la actriz volvió a sumergirse en la cotidianidad de Buenos Aires junto a su pareja desde hace dos años y medio, el productor de cine y presidente de Argentina Sono Films Luis Alberto Scalella (60), y sus dos hijos, Giuliana (26) y Giannmarco (20),fruto de su matrimonio con Marco Batellini.

–Sos muy celosa de tu intimidad y muy pocos conocen las caras de tus hijos. ¿Por qué?

–Fue una elección mutua.De chiquitos tuvieron mucha exposición por mi trabajo. Giuliana prácticamente nació en medio de La ola verde… Recuerdo que ella llegaba al estudio y corría hacia el set como si fuera el living de su casa.Pero cuando me metí de lleno a hacer novelas ya no les gustó tanto. Después se hicieron grandes y empezaron a sufrir el tema de las fotos. Más de una vez nos pasó de ir a la playa en Punta del Este y salir corriendo al descubrir a los fotógrafos. Realmente la pasaban mal. Hoy ellos tienen una vida normal, viajan en transporte público, y es una elección que siempre se las respeté.

–Tus dos hijos ya están grandes, Giuliana ya se fue a vivir sola… ¿Cómo te llevás con la idea de tener la casa para vos sola?

–Es muy difícil el tema del nido vacío, ahora por suerte estoy mejor. A los 22 años Giuliana se fue a vivir a Milán por un año mientras estudiaba Arquitectura y para mí fue tremendo. Por un lado, me fascinaba que fuera a vivir la experiencia, pero por el otro me parecía terrible. Más de una vez la llamé a la una de la mañana para escuchar su voz, necesitaba saber que estaba bien. Es terrible, pero ya me estoy acostumbrando a soltarlos. Poco a poco todos nos vamos adaptando. Lo bueno es que ahora siento una libertad que no tuve a los 30. Puedo irme tres meses a trabajar afuera y no volverme loca.

–¿Qué significó volver al teatro?

–Me hizo bien.Durante mucho tiempo tuve relegada mi parte de actriz y ahora es un buen momento para volver a conectarme con eso…Yo puedo soñar mucho, pero la realidad es que cuesta concretar los sueños, cuesta que te den la oportunidad.Sí te aseguro que estoy decidida a trabajar duro para conseguirlo porque tengo muchas ganas de apostar a esa carrera que elegí hace treinta años cuando, a los 17, protagonicéEvita, quien quiera oír que oiga.

–¿Te cuesta estar fuera de la televisión?

–Lo que pasa es que la tele mutó hacia lugares impensados.Si bien yo soy una persona que se actualiza todo el tiempo, para mí es muy difícil que se vuelva a los viejos formatos…Hay gente muy copada que me cruzo en la calle y pregunta "¿cuándo vas a volver?", y creen que una no vuelve porque no quiere. Y la verdad es que a mí me encantaría.

–Bueno,pero vos misma te definiste muchas veces como una mujer fuerte,así que estás preparada para enfrentar cualquier desafío.?

–Soy una gran remadora.Todo lo que conseguí, lo conseguí sola y con mucho sacrificio e intuición. Mil veces quise dejar en el camino, aún hoy me pasa de querer largarlo todo y dedicarme a otra profesión.Y a los dos segundos hay algo que me empuja a seguir adelante.Me paro en un escenario o frente a una cámara y enseguida me doy cuenta, otra vez,de que esto es lo mío, es mi vida y no puedo hacer otra cosa… Mirá que lo pensé millones de veces.Hoy estoy tranquila,me siento muy agradecida y plena por la vida que tengo.

–Si bien viviste grandes amores [su primer marido y Franco Macri],también conviviste con la soledad.¿Cómo le hiciste frente a la desilusión?

–Yo sé que sola estoy bien y si voy a estar con alguien es porque quiero estar mucho mejor.Pero fui aprendiendo también de mis errores, creo que cuando una relación se termina la culpa la tenemos los dos.Me acompañaron mis amigos y la familia y salí adelante.Nunca perdí la esperanza de volver a enamorarme. Pero, para eso, una tiene que estar abierta a conocer a otro.Incluso hay momentos en los que pensás:"Me gustaría que me pasara esto",y justo aparece esa persona.
Flavia posa en la pileta de su casa, donde tiene como mascota una tortuga de agua.  Foto: Pilar Bustelo

–¿Tenías ganas de enamorarte cuando lo conociste a Luis?

–No lo esperaba.Lo nuestro fue más de casualidad.En algún momento,cuando yo tenía 18 años,él me llamó para sumarme a la película Atrapadas, pero me tenía que desnudar y le dije que no.Nunca fuimos amigos, en realidad tenemos mucha gente conocida en común.Así fue que hace unos años nos encontramos en un ascensor,los dos íbamos a una reunión en la casa de Flor de la V y entramos juntos? Fue gracioso.Yo estaba supersola,¿qué me iba a imaginar que a los pocos meses íbamos a estar saliendo? Esa noche charlamos y me invitó a comer.Y me resultó piola, empezamos a vernos, tranquilos, sin ninguna expectativa.Creo que los dos nos tomamos el tiempo prudente para ver qué le pasaba al otro y eso indudablemente estuvo bueno.Pero no es la única receta,es lo que nos pasó y punto.

–¿Cómo sos cuando estás enamorada?

–[Lo piensa un rato].No creo en el enamoramiento las 24 horas,más bien creo que hay un instante donde vos te enamorás y el resto, querés.Me gusta sentirme querida y eso me pasa con Luis.Después sucede que soy muy entusiasta cuando me enamoro…Creo que hay un condimento juvenil que tenés que aportar en toda relación; hay que colaborar con el otro para hacerlo feliz,cuidarlo,construir ese vínculo.En mi caso,fue todo un proceso,después de mucho tiempo sola volví a enamorarme.

–¿Qué cosas admirás de él?

–Me divierto mucho con Luis,siempre busca la manera de sorprenderme.Lo que nos pasa también es que los dos estamos muy compensados, yo lo escucho y Luis a mí.El enseguida me pone los pies en la perspectiva de la vida.Admiro mucho su carrera, ser productor de cine es una gran aventura.Y me conmueve mucho su gran tenacidad ante la vida.

–¿Qué actividades comparten?

–Nos encanta ir a comer afuera.Tal vez parezca una salida muy cotidiana,pero para nosotros es una gran ceremonia.Viene acá y yo me visto y me arreglo, me pongo los tacos y él se ríe.Me encanta arreglarme para él…,aunque nos veamos todos los días.En ese sentido,soy muy coqueta.Ojo,suelo andar natural en el día a día pero cuando salgo con Luis,me copa que me vea bien.El quiere sorprenderme y agarrarme así nomás,pero todavía no lo consigue.[Risas].

–¿Quién maneja el control remoto en casa?

–[Sin dudarlo].El, obvio.En eso no hay ninguna discusión,no lo suelta ni un minuto.[Risas].Pero cuando vamos al cine,las películas las elijo yo.Y él se banca todas,cualquiera que yo tenga ganas de ver.Le encanta el cine.

–¿Seguís con la fantasía de volver a casarte?

–Por ahora es imposible,pero algún día sí me encantaría hacerlo.No soy escéptica con ese tema, me parece que el escepticismo es un gran enemigo de la vejez y del amor.Para mí está buenísimo que la gente se case todas las veces que quiera.Así que sí,en lo que a mí respecta,algún día me gustaría volver a casarme.No me importa cuándo,pero es divertido.Eso sí,si no sucede,no pasa nada.Ya lo hice una vez.

–El año que viene cumplís 50. ¿Vas a hacer una megafiesta?

–Toda la vida llené la casa de gente cada vez que cumplí años,pero si me preguntás ahora,no sé cómo lo voy a vivir.Le tengo un poco de respeto al número.Te soy honesta,estoy un poco nerviosa.

–¿A qué le tenés miedo?

–Soy una mujer que viví mucho la vida y de verdad me siento muy bendecida.Pero con el paso del tiempo,los miedos son cada vez más grandes.A veces me agarra la sensación de "todavía tengo sueños por cumplir" y eso es lo que más me preocupa…,que no pueda cumplir esas cosas de la vida personal:seguir bien con mi relación,cumplir con mis desafíos profesionales.En definitiva,quiero que el tiempo no me gane. •

Texto:Jacqueline Isola

Fotos:Pilar Bustelo 

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